Los puentes, esas vacaciones que nos sirven tanto para descansar como una muestra gratis de gatorade para quitarse la sed después de correr un maratón (not that I've ever participated in a marathon, of course). Sí, en realidad son pocos los que deciden aprovechar los tres o cuatro días de descanso que se nos da de vez en cuando en nuestros diversos lugares de trabajo o de estudio. La mayoría de las personas si no salen de la ciudad en la que viven al menos se las arreglan para ocuparse y hacer todo lo posible para llegar aún más cansados el lunes siguiente. Tal es mi caso, es domingo en la noche y si bien el ya conocido insomnio me honra con su visita el cansancio que siento en este momento va más allá de lo acostumbrado on any given sunday. (Lo siento, frecuentemente escribiré frases en inglés, in this case in the form of a movie title, parte del estilo, espero que no les moleste y si sí siéntanse libres de expresarlo en sus comments). A casi una semana de cuando empecé este post, he podido notar que no sólo yo fui presa de la común ambición que tenemos los jóvenes por hacer lo más posible y no descansar. He oido, y utilizado también, la frase "Descansaré cuando me muera", bueno pues más nos vale que lo vayamos pensando dos veces, porque a juzgar por las caras de mis compañeros y mi ánimo y fuerzas para esta semana, no vamos a llegar a los treinta.
En fin, realmente fue un fin de semana productivo, tuve la oportunidad de compartir buenos momentos con buenos amigos, nada en grande, nada terriblemente emocionante, pero no por esto menos placentero. Dos de las noches del puente las pasé con tres amigos sentados alrededor de una mesa y con unas botellas de vino (que hay que decirlo, no cruzan bien con los antidepresivos), en estas ocasiones, mi acostumbrado y muchas veces criticado idealismo salió a relucir, tal vez no de la manera más evidente pero sí en mi forma de pensar. No sé si a todos ustedes les suceda, pero desde mi punto de vista tengo la fortuna de tener amigos inteligentes que siempre tienen algo importante que decir (de menos algo simpático) y que tienen un gran espíritu de ayuda a su prójimo, desde los que quieren cambiar la economía del país y del mundo hasta los que se quieren dedicar a construir plantas de tratamiento de aguas. Así es como a través de las horas que estuvimos platicando y después de tantos años de conocerlos es que logro renovar de cierta manera mi fe en la humanidad, si existe más gente como ellos no veo cómo no podríamos sacar a este mundo adelante.
Bueno, una vez terminado el tema cursi, quiero pasar a otro tema que me vi en la necesidad de explorar este puente pasado, las perforaciones. El viernes, decidí hacerme una perforación más, ahora son tres, tengo una en la parte de arriba (si alguien sabe cómo se llama eso, por favor háganmelo saber, me declaro ignorante y me da flojera buscarlo) de la oreja derecha, una en el lóbulo de la oreja izquierda y ahora una en la ceja izquierda también. Es curioso pero en mi paso por esta vida he tenido oportunidad de convivir con muchas personas muy diferentes, gente de la UNAM, tanto de la facultad de ingeniería como de la fac. de Filosofía y Letras, también del ITAM de todas las disciplinas, gente del TEC (you know who you are), y ahora de la escena artística del país, en especial cineastas del H. Instituto Ruso Mexicano de Cine y Actuación Serguei Eisenstein. Como podrán darse cuenta, de ahí puede uno tomar muestras de la gente más rara de esta ciudad, los más fresas, los más conservadores, los más exóticos y excéntricos, así que he tenido que oír opiniones de todo tipo al respecto de algo tan simple como pueden ser las perforaciones. Simple, ¿están de acuerdo? Realmente no tendría por qué ser complicado, así como muchas otras cosas en la vida que no le hacen daño a nadie, las perforaciones sólo se vuelven complicadas cuando las metemos en el contexto del conservadurismo social del que muchos somos víctimas o en otros casos partidarios. En el tiempo de los piratas del caribe, (los reales, no los que se disfrazan de Keith Richards y hablan como si se hubieran tomado todo el ron de las antillas, por graciosos q sean), los marineros después de realizar ciertas azañas al llegar al puerto lo primero que hacían, sí, incluso antes de ir a visitar a las chicas locales, era ir a perforarse algo. Claro está que no eran tan creativos como los más ilustres de nuestros congéneres que les da por andarse agujereando partes del cuerpo que sólo de pensar en que me acercaran una aguja ahí, me dan escalofríos. No, antes se perforaban las cejas, la nariz, las orejas y cosas que no fuera tan fácil que se les infectaran. Ahora bien, fast forward hasta nuestro tiempo, ninguno de nosotros está cruzando ningún estrecho peligroso ni esquivando arrecifes, luchando con corsarios ni nada parecido, entonces, ¿por qué andarnos perforando la cara? En mi caso, las tres perforaciones que tengo fueron por tres razones muy específicas pero igualmente importantes para mí que haber cruzado el estrecho de magallanes para un marino. La primera, francamente no tengo ganas de discutirla aquí, a quien le compete, ya lo sabe, y a quien no, que me pregunte, si no les contesto, entonces, no es de su incumbencia. La segunda, me la hice el año pasado, unos días después de mi cumpleaños, y fue con motivo de mi reciente elección de carrera y mi ingreso al antes mencionado IRM, después de años de luchar contra una familia que no lo aprueba, logré entrar a estudiar cine donde ahora siento que encontré mi lugar en la vida. La tercera, no fue tanto por un logro, sino por un recordatorio que necesitaba hacerme a mí mismo, de que hay que luchar por lo que uno quiere en la vida, estoy en vías de escribir mi primer guión de largometraje, estoy armando mi proyecto final que es un documental sobre la Wicca (en otra ocasión hablaremos de esto), y estoy tratando de encontrar ideas para escribir más cuentos e incluso hasta una novela. Podría parecer trivial lo que acabo de escribir, pero para los que no lo saben, sufro de una depresión bastante severa que durante ya bastante tiempo ha ido mermando mi capacidad de concentración y mis fuerzas para hacer las cosas, ya no quería ir a la escuela, salir a ningún lado ni hablar con nadie, pero a base de un esfuerzo, del apoyo de mucha gente con quienes estoy agradecido infinitamente y de una terapia que bueno, mal que bien está haciendo lo suyo, finalmente me encuentro con ganas de recobrar mi vida, I'll let you know how it works out. Entonces, en resumidas cuentas y después de mucho divagar, quiero dar mi opinión específica sobre las perforaciones, para los q no les gusten, averiguen primero qué significan, entiendan las razones de las personas que las usen y traten de comprender que no todos pensamos igual; para los que las usan: no las hagan por capricho, no para rebelarse contra sus padres, hagan que todo tenga un significado, si no lo han entendido hasta ahorita, no son accesorios de moda, no son tampoco adornos, dicen mucho sobre lo que somos, así que maduren y háganlo responsablemente.
Hemos llegado casi al final de lo que tengo que decir el día de hoy, ahora es pertinente una explicación del título del post, para los que no lo recuerden, es una frase proveniente de la película Top Gun, son las sabias palabras del trágico personaje Goose interpretado por Anthony Edwards (el Dr. Greene en ER para los q no son tan geeks como yo), dirigidas a Tom Cruise en su memorable y subestimado papel de Maverick. Ahora bien, ¿qué tiene que ver todo esto con el post? Anoche gracias a la invitación de unas amigas, tuve la oportunidad de ver la premiere de Lions For Lambs y bueno, para no hacer un análisis profundo de la película creo que basta con decir una cosa. Si no es uno gringo, ni lo intenten, el mensaje no es lo suficientemente fuerte y claro como para que lo comprendamos lo que no estamos en una situación de guerra y para los que no somos parte de esa cultura. Los diálogos son buenos, pero rayan en lo cursi y bueno, buenas actuaciones desperdiciadas en una película de Robert Redford que no se compromete realmente a nada o al menos así lo ví yo. No la recomiendo, y para el Sr. Cruise quiero repetir la pregunta hecha hace tantos años: Is this your idea of fun, Mav?... It is certainly not mine.
En fin, realmente fue un fin de semana productivo, tuve la oportunidad de compartir buenos momentos con buenos amigos, nada en grande, nada terriblemente emocionante, pero no por esto menos placentero. Dos de las noches del puente las pasé con tres amigos sentados alrededor de una mesa y con unas botellas de vino (que hay que decirlo, no cruzan bien con los antidepresivos), en estas ocasiones, mi acostumbrado y muchas veces criticado idealismo salió a relucir, tal vez no de la manera más evidente pero sí en mi forma de pensar. No sé si a todos ustedes les suceda, pero desde mi punto de vista tengo la fortuna de tener amigos inteligentes que siempre tienen algo importante que decir (de menos algo simpático) y que tienen un gran espíritu de ayuda a su prójimo, desde los que quieren cambiar la economía del país y del mundo hasta los que se quieren dedicar a construir plantas de tratamiento de aguas. Así es como a través de las horas que estuvimos platicando y después de tantos años de conocerlos es que logro renovar de cierta manera mi fe en la humanidad, si existe más gente como ellos no veo cómo no podríamos sacar a este mundo adelante.
Bueno, una vez terminado el tema cursi, quiero pasar a otro tema que me vi en la necesidad de explorar este puente pasado, las perforaciones. El viernes, decidí hacerme una perforación más, ahora son tres, tengo una en la parte de arriba (si alguien sabe cómo se llama eso, por favor háganmelo saber, me declaro ignorante y me da flojera buscarlo) de la oreja derecha, una en el lóbulo de la oreja izquierda y ahora una en la ceja izquierda también. Es curioso pero en mi paso por esta vida he tenido oportunidad de convivir con muchas personas muy diferentes, gente de la UNAM, tanto de la facultad de ingeniería como de la fac. de Filosofía y Letras, también del ITAM de todas las disciplinas, gente del TEC (you know who you are), y ahora de la escena artística del país, en especial cineastas del H. Instituto Ruso Mexicano de Cine y Actuación Serguei Eisenstein. Como podrán darse cuenta, de ahí puede uno tomar muestras de la gente más rara de esta ciudad, los más fresas, los más conservadores, los más exóticos y excéntricos, así que he tenido que oír opiniones de todo tipo al respecto de algo tan simple como pueden ser las perforaciones. Simple, ¿están de acuerdo? Realmente no tendría por qué ser complicado, así como muchas otras cosas en la vida que no le hacen daño a nadie, las perforaciones sólo se vuelven complicadas cuando las metemos en el contexto del conservadurismo social del que muchos somos víctimas o en otros casos partidarios. En el tiempo de los piratas del caribe, (los reales, no los que se disfrazan de Keith Richards y hablan como si se hubieran tomado todo el ron de las antillas, por graciosos q sean), los marineros después de realizar ciertas azañas al llegar al puerto lo primero que hacían, sí, incluso antes de ir a visitar a las chicas locales, era ir a perforarse algo. Claro está que no eran tan creativos como los más ilustres de nuestros congéneres que les da por andarse agujereando partes del cuerpo que sólo de pensar en que me acercaran una aguja ahí, me dan escalofríos. No, antes se perforaban las cejas, la nariz, las orejas y cosas que no fuera tan fácil que se les infectaran. Ahora bien, fast forward hasta nuestro tiempo, ninguno de nosotros está cruzando ningún estrecho peligroso ni esquivando arrecifes, luchando con corsarios ni nada parecido, entonces, ¿por qué andarnos perforando la cara? En mi caso, las tres perforaciones que tengo fueron por tres razones muy específicas pero igualmente importantes para mí que haber cruzado el estrecho de magallanes para un marino. La primera, francamente no tengo ganas de discutirla aquí, a quien le compete, ya lo sabe, y a quien no, que me pregunte, si no les contesto, entonces, no es de su incumbencia. La segunda, me la hice el año pasado, unos días después de mi cumpleaños, y fue con motivo de mi reciente elección de carrera y mi ingreso al antes mencionado IRM, después de años de luchar contra una familia que no lo aprueba, logré entrar a estudiar cine donde ahora siento que encontré mi lugar en la vida. La tercera, no fue tanto por un logro, sino por un recordatorio que necesitaba hacerme a mí mismo, de que hay que luchar por lo que uno quiere en la vida, estoy en vías de escribir mi primer guión de largometraje, estoy armando mi proyecto final que es un documental sobre la Wicca (en otra ocasión hablaremos de esto), y estoy tratando de encontrar ideas para escribir más cuentos e incluso hasta una novela. Podría parecer trivial lo que acabo de escribir, pero para los que no lo saben, sufro de una depresión bastante severa que durante ya bastante tiempo ha ido mermando mi capacidad de concentración y mis fuerzas para hacer las cosas, ya no quería ir a la escuela, salir a ningún lado ni hablar con nadie, pero a base de un esfuerzo, del apoyo de mucha gente con quienes estoy agradecido infinitamente y de una terapia que bueno, mal que bien está haciendo lo suyo, finalmente me encuentro con ganas de recobrar mi vida, I'll let you know how it works out. Entonces, en resumidas cuentas y después de mucho divagar, quiero dar mi opinión específica sobre las perforaciones, para los q no les gusten, averiguen primero qué significan, entiendan las razones de las personas que las usen y traten de comprender que no todos pensamos igual; para los que las usan: no las hagan por capricho, no para rebelarse contra sus padres, hagan que todo tenga un significado, si no lo han entendido hasta ahorita, no son accesorios de moda, no son tampoco adornos, dicen mucho sobre lo que somos, así que maduren y háganlo responsablemente.
Hemos llegado casi al final de lo que tengo que decir el día de hoy, ahora es pertinente una explicación del título del post, para los que no lo recuerden, es una frase proveniente de la película Top Gun, son las sabias palabras del trágico personaje Goose interpretado por Anthony Edwards (el Dr. Greene en ER para los q no son tan geeks como yo), dirigidas a Tom Cruise en su memorable y subestimado papel de Maverick. Ahora bien, ¿qué tiene que ver todo esto con el post? Anoche gracias a la invitación de unas amigas, tuve la oportunidad de ver la premiere de Lions For Lambs y bueno, para no hacer un análisis profundo de la película creo que basta con decir una cosa. Si no es uno gringo, ni lo intenten, el mensaje no es lo suficientemente fuerte y claro como para que lo comprendamos lo que no estamos en una situación de guerra y para los que no somos parte de esa cultura. Los diálogos son buenos, pero rayan en lo cursi y bueno, buenas actuaciones desperdiciadas en una película de Robert Redford que no se compromete realmente a nada o al menos así lo ví yo. No la recomiendo, y para el Sr. Cruise quiero repetir la pregunta hecha hace tantos años: Is this your idea of fun, Mav?... It is certainly not mine.
4 comments:
Hola Retter:
La parte superior de la oreja se llama Hélix.
Con todo lo largo que fue tu post... ich habe nichts Kommentare....
No sabía que tenías blog, compañero!! vientos huracanados!!
Hey!
Tres piercings... ps si todos tienen un motivo, al paso que vas vas a tener que ocupar esos lugares que te dan ansias por falta de espacio jaja
Strange post btw :S
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