Tuesday, November 27, 2007

Nah, I'm pretty fucking far from ok

¿Han oído el dicho de "Si quieres hacer reir a Dios, cuéntale tus planes"? Bueno, me encontré uno nuevo, Si quieren hacer reir a Dios, cuéntenle mi vida, ¿por qué el pesimismo? dirán ustedes. Las últimas dos o tres semanas, han sido una verdadera tortura, digo, no podemos negar que sí llego a ser bastante pesimista en muchos aspectos, but really, I'm in way over my head con todo. Ya no entiendo nada, en verdad, no entiendo al mundo, no entiendo la vida, no los entiendo a ustedes. No se den por ofendidos, nunca los he entendido, y a todos los he querido igual. ¿Qué pasó estas dos semanas que este loco ya nos está acusando a todos? Nada y todo, uy, todos pasamos por estas etapas, apréndanlo bien. En estas dos semanas, estuve enfermo como no había estado en 10 años, en aquel entonces me tuvieron que operar de las anginas, y listo, problema resuelto. After all, para eso son los médicos, ¿no? No es que digan que no ayudan, vaya que sí, pero no pueden con todo, hay cosas que sí van más allá de nuestra ciencia, ladies and germs. Hay situaciones en las que cuando uno enferma, no sólo se enferma del cuerpo, es ahí cuando sirven las medicinas; no, a veces también nos enfermamos de la mente, and then it's off to therapy for you. Voy en la quinta vuelta de terapias, not getting anywhere either, ya también me cansé de los psicólogos. Sin ofender a los que lo son, por supuesto. Ya varias personas me han dicho que ni los psicólogos, ni todas esas divertidísimas pastillas de diferentes colores y diferentes tamaños pueden hacer milagros (para los más adeptos a la experimentación y los viajes astrales, pregúntenme un día, qué pastillas van bien con un trago de whisky para armarse una fiesta de aquellas). No, "Si tú no estás dispuesto a cooperar con la terapia, no sirve de nada", "si tú no aceptas que tienes un problema, no se resuelve nada", "si tú no logras dejarte ir para que salgan tus verdaderos problemas, nunca vas a lograr nada". Nótese el resentimiento. Ya, I've hade it, ya acepté que tengo un problema, ya hice lo posible por cooperar, (cuando quieren que encuentres a tu animal de poder, sí, como en fight club, y quieren hacerte tu carta astral, es más complicado), y ya se me acabaron las ideas de cómo cooperar, seguimos sin avanzar. He tenido mis momentos, vaya que sí, hay momentos de esos en los que digo "¡Claro que puedo!", but then again, también ha habido momentos en los que me he subido a mesas a cantar "I'm slim shady" y esos tampoco han hecho nada por mí, fuera de ocasionarme verguenzas y acrecentar mi acervo de anécdotas. El problema, es que esta vez, no estoy enfermo del cuerpo, ni de la mente, creo que es mi alma la que ya no sabe qué hacer. ¡Ah, pero qué cursi este hombre! Sí, para los que no conocen ese lado de mí, there you are, para los que sí, quiten la cara de "Aquí va otra vez". Yo también ya estoy harto de ser así, ya no sé cómo resolver todos mis conflictos, no sé que hacer con mi carrera, no puedo salirme de la escuela una cuarta vez, vaya, ni siquiera quiero, mañana tendré que ir a enfrentar al director de mi carrera y explicarle por qué estoy mandando por un tubo mi última oportunidad de hacer algo con mi vida. Me encanta lo que hago, pero ahorita, me es perturbadoramente difícil encontrar una motivación, "Chava, pero tu motivación tienes que ser tú mismo... haz las cosas por tí, no bases tu felicidad en los demás"... I know... hay cosas que sí no puedo cambiar. Eso también ya lo acepté. No, mi persona, no es ninguna motivación para mí en este momento, para nadie, ¿o sí? Digo, si hay alguien que es fan soy su motivación, pues come forward, siempre sirve un boost de autoestima. Ah, pero tampoco es mi autoestima el problema. Si acaso, es al revés, es mi soberbia, que creía hasta hace un tiempo que podía con todo, que iba a conquistar el mundo, que iba a cambiar la manera de vivir el cine en este país, que ninguna depresión me iba a quitar esto, aparte de equivocado, me encuentro ahora frustrado. No lloremos todavía, sigo intentando, esperando mejor suerte para la próxima como dicen esas horribles promociones en las corcholatas, taparroscas, tapas, envolturas y etiquetas de todas las porquerías que vamos comprando por la vida, que seguramente no necesitábamos en un principio, ni hubiéramos comprado si no es por la promesa de la lavadora que podemos ganar según la foto de la promoción. Recordemos ahí, al sabio tocayo, Chava Flores, ¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?
Aparte de los problemas vocacionales, también tengo un conflicto emocional muy fuerte, well duh!, is what the sharpest of my readers are saying, pero me refiero a lo que sucede en mi casa. El ambiente aquí es estresante, no le echo la culpa a nadie, porque creo que todos los que aquí vivimos, estamos contribuyendo día a día a que crezca esa necesidad terrible que tenemos de ahorcarnos cada día. Todos mis familiares tienen sus propios problemas, pero, no sé si pase en sus casas, aquí hemos desarrollado un gran gusto por desquitarnos con el prójimo. Así que estoy, a recomendación de los médicos, de mis amigos, y de Gazoo, la pequeña voz en mi cabeza, buscando la manera de salirme de aquí, si alguien sabe de un trabajo de medio tiempo que pueda tomar, por favor, háganmelo saber, en serio. Lo anterior, por supuesto, no es suficiente para justificar la cantidad de ansiolíticos y antidepresivos que estoy tomando, vaya, todo esto, a cualquiera le pasa, de hecho, cuando termine de quejarme, estoy seguro de que todos comprenderán, que no sólo son problemas de lo más comunes, sino que hay miles de personas en el mundo que están sufriendo mucho más que yo. Sí, me queda muy claro, yo por lo pronto, ya llegué a mi límite, a lo mejor por débil, por nena, o porque no soy tan fuerte como algunos, y yo mismo me creía antes. No olvidemos mencionar los problemas del amor, bueno, todos conocemos esos. Amor no correspondido... no, no es ese exactamente el problema, relaciones amorosas conflictivas, mmm no, tampoco exactamente, relaciones de larga distancia, menos. Ya ni siquiera comprendo cuál es el conflicto aquí. Lo más curioso del asunto, es que no le puedo echar la culpa a nadie, tampoco a mí, ESE es el meollo del asunto, ahí está el detalle y fíjense qué suave. Las dececpiones son lo más común en la vida del hombre, pero yo ya no quiero más. Uy, entonces esto es un grito de ayuda, una llamada de atención. No, esas ya las tuve, aunque después de leer esto han de estar pensando que mañana voy a abrir un myspace, me voy a alaciar el cabello sobre la cara y me voy a poner a escuchar música emo (perdón Benji, tú no eres así, pero es el cliché que mejor quedaba, nada personal). No soy un incomprendido, repito lo que dije antes, el que no comprende nada soy yo. Uno hace cosas, buenas y malas todo el tiempo, todo el día estamos tomando decisiones que por una u otra vía van a acabar lastimando a alguien, así es este mundo, para que uno pueda ganar algo otro lo tiene que perder, no es pirinola, ni todos ganan, ni todos pierden, es la vida. Claro que a menos que se tenga un problema de sociopatía medio raro, uno hace lo posible por tomar las decisiones que ayuden a la mayor cantidad de personas y dañen lo menos posible, al menos para nuestros prójimos más próximos. Hasta donde yo creo, tengo un balance positivo en ese sentido, he tratado de hacer lo más posible por la gente que quiero, quien me haya necesitado y no haya estado para ustedes, de verdad, les ofrezco la más sincera de las disculpas. Para mi gente cercana, ya debe ser claro que primera, no sé decir que no, y segunda, cuando la gente se me acerca demasiado tengo una tendencia patológica a hacer lo posible por alejarlos, también por esto, lo siento en el alma. Finalmente, el caso es que, por lo pronto, creo que el karma, se olvidó de mí, sí, ya sé que uno no debe hacer las cosas por esperar algo de los demás, a veces también lo hago, mea culpa, pero quiero conocer al cínico valiente que va a lanzar la primera piedra. Aquí más bien creo que aplica el dicho de "no good deed goes unpunished".
Ya casi termino, no se preocupen, ya es tarde también y quiero al menos hacer el intento de ir a la escuela mañana. Como ya mencioné antes, tuve unos problemas (aparte de los evidentes) de salud medio fuertes recientemente. Me encontré una inflamación que aparte de dolorosa sólo podíamos calificar de sospechosa en la garganta, (A DEJAR DE FUMAR! seeeeeeee... ni yo me la creí), creció y creció y llegó un momento en el que no podía respirar, después de dos tratamientos fallidos por parte del médico de la familia y una prima (ella sí, médico familiar, jaja... no?, nadie? ni una risa por lástima? oh the shame) que muy amablemente me recetó otros medicamentos, fui a consultar a un especialista. Para los que estudian medicina, cabe señalar, que cuando están cobrando ochocientos pesos por la consulta, no tienen el más mínimo derecho a poner cara de asustados cuando están tratando de adivinar lo que tiene el paciente, en verdad, dan ganas de patearlos. Este especialista, decidió que podía ser... "eso", como lo dice mi mamá, sí... luego yo soy el del pensamiento mágico, ¿no?, the C word... un tumor en la garganta, entonces me hicieron tomografía, radiografía y análisis de sangre. Long story short, sólo fue una infección muy dura a uno de mis ganglios, causado por bajas defensas, a su vez, desmejoradas por mi depresión y ansiedad, one big snowball. No muchas personas lo supieron, porque no quería preocupar a nadie antes de tener los resultados, ni tampoco darles falsas esperanzas a los que no son tan fans, (se siente muy feo eso de las falsas esperanzas, I should know). Lo que sí fue terrible fue la espera y el miedo de pensar que tendría que enfrentar una enfermedad tan tan dura que a todos nos ha quitado a alguien o nos ha hecho sufrir. Ahí me puse a pensar en muchas cosas, y recordé una de mis citas favoritas de toda la vida, "And from the opening skies a thundering voice said- Smile, for it can always get worse- So he smiled, and it did get worse", vaya que es cierto, la semana anterior a todo esto, yo sonreía y vean nada más. Lo que me preocupa ahora es seguir sonriendo, no se vaya a poner peor, "lo que no te mata te fortalece", wrong, nada de lo que he mencionado me ha matado, y lo único que se fortaleció, fueron mi depresión y ansiedad.
A todas estas quejas y todo este palabrerío que creo que hasta a mí me tiene harto, quería preguntarle a la vida, ¿qué pasa con los planes? ¿a dónde se va todo lo que uno sueña de chico? ¿qué se estaban fumando los que escribieron tanta poesía, literatura, las películas? ¿qué me estoy fumando yo que sigo creyendo en ello? No no, eso último, hay que pensarlo bien, lo sigo creyendo porque lo siento, porque hay gente que me lo demostró antes, que me lo demuestra día a día, lo que hay dentro de mí me hace verlo todos los días, en estos momentos difíciles que viví, muchos amigos, familiares me hicieron verlo, gente muy especial que me ayudó a no caerme por completo, que me siguen sosteniendo a pesar de que varios ya deben de estar hartos y frustrados de que nada más no avanzo. Se los aseguro a todos, sí existen los cuentos de hadas, sí pasan todas esas cosas que han leído, sí se puede sentir como sienten los poetas y músicos. El problema es el final, hay que saber leer el final, "y vivieron felices y comieron perdices" o "y vivieron felices para siempre" son frases con errores muy básicos, los que vivieron felices, se fregaron a alguien para llegar ahí, y ese otro personaje no tuvo un final feliz, el dragón no era absolutamente malo, cuidaba su cueva y su tesoro (los que ya vieron Beowulf, díganme, está buena?) y llegaron unos animalillos vestidos con sus ropitas de metal todas brillantes y bueno, hubo unos que más bien quedaron en estilo cruji pollo, pero hubo otro que era muy hábil con la espada y le dio cuello y además se robó su tesoro el muy infeliz, los dinosaurios tenían hambre y no se conformaban con las cabras amarradas a un postecito ni las vacas colgadas con afición por el bungee (Jurassic Park, para los que no entendieron), entonces había que comerse a los babosos en jeeps y a los de las batas blancas y a los brutos que no saben manejar. Los persas creían firmemente que ellos tenían que conquistar al mundo, la momia estaba furiosa de que la despertaran (vaya si yo me enojo de que me despierten los sábados y llevo 8 horas dormido, después de 100 años, imagínense, y luego la cruda de un embalsamamiento? nooo), pero nosotros seguimos aplaudiéndoles a los que van ahí a jorobar a estos pobres. Lo que quiero decir es, finalmente, no está mal perder, no está mal ser el que se muere, pero hay que saber por qué se hacen las cosas, vieron 300, supongo yo, bueno, pues a esos pobres así que uno diga qué bien les fue, pues tampoco, pero creían firmemente que lo mejor que podían hacer era sacrificarse por lograr salvar a Grecia y al resto del mundo "civilizado", hay cristianos en Iraq que van convencidos de lo que están haciendo y también regresan a casa envueltos en sus banderas. La pregunta es, ¿y su final feliz? Ahí está el detalle, también puede serlo, no todos tenemos la oportunidad de luchar en batallas épicas y caer en cumplimiento del deber, no todos vamos a ser reyes legendarios ni líderes heróicos, próceres de la patria, ni vamos a tener estatuas montados en caballos en avenidas importantes, vaya, ni en los jardines de nuestras casas, pero YO FIRMEMENTE CREO SEÑORES DIPUTADOS... que eso no le quita el mérito a esas otras vidas, hay quienes caen frente a las enfermedades, a sus propios demonios, a situaciones que no comprenden, y por todos esos es por los que digo que si no vamos a ganar, pues entonces que caigamos creyendo en lo que creemos, por eso no quiero cambiar ese idealismo del que tanto me critican en las terapias, si esta depresión me mata porque soy el único que cree en una situación que nadie entiende, pues so be it, y a Dios, los dioses, Gaia, la naturaleza, o como lo llamen ustedes... les digo, BRING IT ON... porque eso no me lo va a quitar nadie. Este mundo que no entiendo porque no promueve el idealismo ni el pensamiento mágico ni todas esas cosas que creemos los locos que hacemos cine, no es suficiente para quitarme eso, espero que eso sí lo puedan entender ustedes. No se arrepientan de nada, eso no sirve, hágan lo que en ese momento les parezca lo mejor, y cuando seamos juzgados, aceptaremos nuestros errores y pecados. Eso, es lo que vale la pena, no vivir en sí, sino vivir lo que podemos. Gracias por su atención, espero no haberlos aburrido demasiado. Me despido desahogado. ILD SMSS.
"Fuck the bozos if they can't take a joke" (Brad Pitt, 12 Monkeys)

Sunday, November 4, 2007

Is this your idea of fun, Mav?

Los puentes, esas vacaciones que nos sirven tanto para descansar como una muestra gratis de gatorade para quitarse la sed después de correr un maratón (not that I've ever participated in a marathon, of course). Sí, en realidad son pocos los que deciden aprovechar los tres o cuatro días de descanso que se nos da de vez en cuando en nuestros diversos lugares de trabajo o de estudio. La mayoría de las personas si no salen de la ciudad en la que viven al menos se las arreglan para ocuparse y hacer todo lo posible para llegar aún más cansados el lunes siguiente. Tal es mi caso, es domingo en la noche y si bien el ya conocido insomnio me honra con su visita el cansancio que siento en este momento va más allá de lo acostumbrado on any given sunday. (Lo siento, frecuentemente escribiré frases en inglés, in this case in the form of a movie title, parte del estilo, espero que no les moleste y si sí siéntanse libres de expresarlo en sus comments). A casi una semana de cuando empecé este post, he podido notar que no sólo yo fui presa de la común ambición que tenemos los jóvenes por hacer lo más posible y no descansar. He oido, y utilizado también, la frase "Descansaré cuando me muera", bueno pues más nos vale que lo vayamos pensando dos veces, porque a juzgar por las caras de mis compañeros y mi ánimo y fuerzas para esta semana, no vamos a llegar a los treinta.
En fin, realmente fue un fin de semana productivo, tuve la oportunidad de compartir buenos momentos con buenos amigos, nada en grande, nada terriblemente emocionante, pero no por esto menos placentero. Dos de las noches del puente las pasé con tres amigos sentados alrededor de una mesa y con unas botellas de vino (que hay que decirlo, no cruzan bien con los antidepresivos), en estas ocasiones, mi acostumbrado y muchas veces criticado idealismo salió a relucir, tal vez no de la manera más evidente pero sí en mi forma de pensar. No sé si a todos ustedes les suceda, pero desde mi punto de vista tengo la fortuna de tener amigos inteligentes que siempre tienen algo importante que decir (de menos algo simpático) y que tienen un gran espíritu de ayuda a su prójimo, desde los que quieren cambiar la economía del país y del mundo hasta los que se quieren dedicar a construir plantas de tratamiento de aguas. Así es como a través de las horas que estuvimos platicando y después de tantos años de conocerlos es que logro renovar de cierta manera mi fe en la humanidad, si existe más gente como ellos no veo cómo no podríamos sacar a este mundo adelante.
Bueno, una vez terminado el tema cursi, quiero pasar a otro tema que me vi en la necesidad de explorar este puente pasado, las perforaciones. El viernes, decidí hacerme una perforación más, ahora son tres, tengo una en la parte de arriba (si alguien sabe cómo se llama eso, por favor háganmelo saber, me declaro ignorante y me da flojera buscarlo) de la oreja derecha, una en el lóbulo de la oreja izquierda y ahora una en la ceja izquierda también. Es curioso pero en mi paso por esta vida he tenido oportunidad de convivir con muchas personas muy diferentes, gente de la UNAM, tanto de la facultad de ingeniería como de la fac. de Filosofía y Letras, también del ITAM de todas las disciplinas, gente del TEC (you know who you are), y ahora de la escena artística del país, en especial cineastas del H. Instituto Ruso Mexicano de Cine y Actuación Serguei Eisenstein. Como podrán darse cuenta, de ahí puede uno tomar muestras de la gente más rara de esta ciudad, los más fresas, los más conservadores, los más exóticos y excéntricos, así que he tenido que oír opiniones de todo tipo al respecto de algo tan simple como pueden ser las perforaciones. Simple, ¿están de acuerdo? Realmente no tendría por qué ser complicado, así como muchas otras cosas en la vida que no le hacen daño a nadie, las perforaciones sólo se vuelven complicadas cuando las metemos en el contexto del conservadurismo social del que muchos somos víctimas o en otros casos partidarios. En el tiempo de los piratas del caribe, (los reales, no los que se disfrazan de Keith Richards y hablan como si se hubieran tomado todo el ron de las antillas, por graciosos q sean), los marineros después de realizar ciertas azañas al llegar al puerto lo primero que hacían, sí, incluso antes de ir a visitar a las chicas locales, era ir a perforarse algo. Claro está que no eran tan creativos como los más ilustres de nuestros congéneres que les da por andarse agujereando partes del cuerpo que sólo de pensar en que me acercaran una aguja ahí, me dan escalofríos. No, antes se perforaban las cejas, la nariz, las orejas y cosas que no fuera tan fácil que se les infectaran. Ahora bien, fast forward hasta nuestro tiempo, ninguno de nosotros está cruzando ningún estrecho peligroso ni esquivando arrecifes, luchando con corsarios ni nada parecido, entonces, ¿por qué andarnos perforando la cara? En mi caso, las tres perforaciones que tengo fueron por tres razones muy específicas pero igualmente importantes para mí que haber cruzado el estrecho de magallanes para un marino. La primera, francamente no tengo ganas de discutirla aquí, a quien le compete, ya lo sabe, y a quien no, que me pregunte, si no les contesto, entonces, no es de su incumbencia. La segunda, me la hice el año pasado, unos días después de mi cumpleaños, y fue con motivo de mi reciente elección de carrera y mi ingreso al antes mencionado IRM, después de años de luchar contra una familia que no lo aprueba, logré entrar a estudiar cine donde ahora siento que encontré mi lugar en la vida. La tercera, no fue tanto por un logro, sino por un recordatorio que necesitaba hacerme a mí mismo, de que hay que luchar por lo que uno quiere en la vida, estoy en vías de escribir mi primer guión de largometraje, estoy armando mi proyecto final que es un documental sobre la Wicca (en otra ocasión hablaremos de esto), y estoy tratando de encontrar ideas para escribir más cuentos e incluso hasta una novela. Podría parecer trivial lo que acabo de escribir, pero para los que no lo saben, sufro de una depresión bastante severa que durante ya bastante tiempo ha ido mermando mi capacidad de concentración y mis fuerzas para hacer las cosas, ya no quería ir a la escuela, salir a ningún lado ni hablar con nadie, pero a base de un esfuerzo, del apoyo de mucha gente con quienes estoy agradecido infinitamente y de una terapia que bueno, mal que bien está haciendo lo suyo, finalmente me encuentro con ganas de recobrar mi vida, I'll let you know how it works out. Entonces, en resumidas cuentas y después de mucho divagar, quiero dar mi opinión específica sobre las perforaciones, para los q no les gusten, averiguen primero qué significan, entiendan las razones de las personas que las usen y traten de comprender que no todos pensamos igual; para los que las usan: no las hagan por capricho, no para rebelarse contra sus padres, hagan que todo tenga un significado, si no lo han entendido hasta ahorita, no son accesorios de moda, no son tampoco adornos, dicen mucho sobre lo que somos, así que maduren y háganlo responsablemente.
Hemos llegado casi al final de lo que tengo que decir el día de hoy, ahora es pertinente una explicación del título del post, para los que no lo recuerden, es una frase proveniente de la película Top Gun, son las sabias palabras del trágico personaje Goose interpretado por Anthony Edwards (el Dr. Greene en ER para los q no son tan geeks como yo), dirigidas a Tom Cruise en su memorable y subestimado papel de Maverick. Ahora bien, ¿qué tiene que ver todo esto con el post? Anoche gracias a la invitación de unas amigas, tuve la oportunidad de ver la premiere de Lions For Lambs y bueno, para no hacer un análisis profundo de la película creo que basta con decir una cosa. Si no es uno gringo, ni lo intenten, el mensaje no es lo suficientemente fuerte y claro como para que lo comprendamos lo que no estamos en una situación de guerra y para los que no somos parte de esa cultura. Los diálogos son buenos, pero rayan en lo cursi y bueno, buenas actuaciones desperdiciadas en una película de Robert Redford que no se compromete realmente a nada o al menos así lo ví yo. No la recomiendo, y para el Sr. Cruise quiero repetir la pregunta hecha hace tantos años: Is this your idea of fun, Mav?... It is certainly not mine.

Thursday, November 1, 2007

La Licencia de Pascasio

En el principio no había nada… después Dios quiso crear el universo y tuvo que presentar solicitudes con sellos notariales y copias por triplicado para después cumplir con un periodo de espera “reglamentario” de cinco días que bien podría haberse evitado si ya se hubiera habido inventado la mordida. Claro, realmente nadie creería que le tomó 6 días crear el universo sólo porque sí. No, nadie, ni siquiera las entidades omnipotentes, omnisapientes y omnipresentes están a salvo de la burocracia. Hay quienes creen que “la eternidad” de la que tanto se habla en los ambientes teológicos sería considerablemente más corta si no existiera la burocracia. Desafortunadamente para todos los que hemos sido resultado de aquél “primer gran trámite” celestial, así ha sido siempre, y seguirá siéndolo por los siglos de los siglos, amén.

Tan definitiva como la muerte misma, llega siempre la terrible fecha de vencimiento de la licencia de manejar, ese fatídico día en el que el documento que garantiza nuestra sacrosanta libertad de tránsito se convierte en un pedazo de plástico que por medio de una terrible fotografía y una serie de incomprensibles datos y números probablemente cabalísticos nos acredita simplemente como ilegales operarios de una carísima máquina de hacer puré de peatones. Es posible que pasados 4 meses de la fecha, quien todo ese tiempo había llevado una feliz e inconsciente estilo de vida como “mata perros callejeros” (conocidos por el gremio de taqueros de las estaciones del metro como proveedores de carne), se levante de su cama con una revelación más perturbadora que la del mismísimo San Juan cuando vio el Apocalipsis: De haber tenido un accidente, el seguro no aplica y en un mundo como el nuestro, todo mundo sabe que ni siquiera una mutación del virus del SIDA combinado con la peste bubónica y que además causara caries y pie de atleta sería tan malo como eso. Ni un minuto más debe pasar sin ir a tramitar la reposición, porque como todos sabemos, las nunca equivocadas y siempre subestimadas leyes de Murphy indican que ahora que se está consciente del riesgo que conlleva manejar sin licencia, las posibilidades de tener un accidente son incalculablemente más altas que si se fuera a 150 Km/h de bajada, sin frenos, con los ojos vendados, en una zona escolar a la hora de la salida de los niños en un día que se traiga una licencia vigente (por mencionar algún ejemplo de la vida diaria). Ahora el terror se apodera de la mente del automovilista, manejar es una tortura, los nervios lo tienen al borde de una embolia fulminante, y el pie en el freno nunca permite que el velocímetro llegue a los 5 km/h. De ésta manera, cuatro horas después, se llega a la oficina de la tesorería de su preferencia. Al subir las escaleras eléctricas, se puede ver en una recóndita esquina del centro comercial aquél oscuro rincón del universo donde ni los más valientes se atreverían a ir si no fuera por las cuestiones del seguro antes mencionadas. B

Ahora comienza el verdadero suplicio, cual campo de concentración, se puede ver a la multitud incorporándose a las interminables colas al final de las cuales bien podrían estar repartiendo balazos en la nuca porque realmente nadie está seguro a dónde llevan. La gente sólo se forma porque así se ha venido haciendo de generación en generación por nuestros padres y nuestros antepasados antes de ellos. Finalmente se hace entrega de los papelitos con los turnos, la gente lo sostiene en parte con odio y en parte con la desesperación con la que uno sostendría un pedazo de pan a la mitad de Somalia, a sabiendas de que si se pierde este papel hay que comenzar de nuevo con la cola y bueno… un clavado en un volcán activo suena más alentador. Una vez con el turno asignado se desfila hacia la sección donde se debe esperar más tiempo que en el purgatorio, la escena aquí, es perturbadora, capaz de arrebatarle el desayuno al más insensible de los demonios del infierno (quienes muy probablemente son los que están expidiendo las licencias en primer lugar). Desde el cadáver en pleno estado de descomposición sirviendo de banquete a las ratas y a las moscas, pasando por las personas que tienen poco de estar esperando y todavía tienen las energías para hacer aerobics para evitar que se les atrofien los músculos, hasta llegar a los que se sientan con la mirada perdida en el infinito, que seguramente está más cerca que su turno para pasar. Después de 3 horas de estar ahí y de que las telarañas comenzaran a formarse de la oficina se ve salir a una persona, ¿un emisario con buenas nuevas quizá? ¿Se habrá abolido la burocracia? ¿México ganó algo en las olimpiadas? Por supuesto que no… eso quisiéramos todos, pero la vida no sería la mitad de interesante si las cosas fueran así de fáciles. Lo que en realidad iba a ser anunciado eran unas palabras negras y pesadas como la noche. “Su atención por favor, su atención por favor amables usuarios, tenemos un problema” se escucha decir a una nerviosa mujer atrapada en el centro de una multitud de ciudadanos desesperados, “para todos los que vengan a tramitar licencias, me temo que he de informarles que estamos teniendo dificultades técnicas para imprimirlas por lo tanto nos tomará aún un poco más de tiempo atenderlos, tienen también la opción de volver otro día (y volver a empezar todo el asunto, por supuesto), o quedarse y esperar pacientemente (por otra insana cantidad de horas), por su atención, muchas gracias. ” Las caras de sufrimiento y decepción son similares a las presentes cuando México es eliminado en el mundial. Ya todo está perdido, los peores comportamientos de la gente salen a relucir ahora que la esperanza de ser atendidos pronto ha muerto. Ahora, los miembros más ilustres de nuestra sociedad comienzan a mostrar los rasgos que los definen como el verdadero desagradable individuo que todos llevamos dentro. Se puede ver al oficinista que a falta de alguna estimulación intelectual que pueda llegarle por algún otro medio, ha decidido aplicarse lo que uno sólo podría suponer como un masaje cerebral por vía nasal, los jóvenes más fresas ahora han decidido que el chicle que evitaba que se les pegaran las quijadas por falta de uso ha perdido su sabor frutal y optan por pegarlo en lugares estratégicos donde alguien algún día tendrá que tener una desagradable sorpresa al encontrarlos con los pies o las manos, o para los más desafortunados con el pelo. Nunca falta también, los hombres que con el más alto grado de refinamiento están, en el más “inocente” de los casos, desnudando con la mirada a la joven que está delante de ellos quien descuidadamente ha dejado que su escote haya ido cediendo ante la gravedad mostrando todo lo que la naturaleza le ha dado.

Estos son algunos ejemplos de las célebres personalidades que se pueden encontrar en situaciones así en un día común, pero hay días, como hoy, en el que en una esquina se sienta un joven normal, sin preocupaciones, quien realmente no tiene nada mejor que hacer que estar ahí sentado esperando su licencia para poder vivir tranquilo con su conciencia de automovilista. La mente de estos jóvenes en momentos, como éste, se encuentra absorta en pensamientos tan profundos que serían capaces de resolver todos los misterios del universo, si no se vieran distraídos por otras ideas rebeldes como “me pregunto si ese chicle que acabo de pisar, sabrá mejor que el que traigo en la boca” y entonces las verdades del universo, vuelven una vez más a ser misterios. Tal es el caso de Pascasio, edad 19 años, víctima de una licencia vencida y de las circunstancias. Han pasado 3 horas desde que Pascasio se encuentra sentado en una posición tan anatómicamente incorrecta que teme que sus piernas puedan haber sucumbido ante la gangrena y tendrá que arrastrarse hasta donde lo llamen para tomarle la foto. Personas como él, tienen días en los que simplemente no están dispuestos a soportar situaciones así y creen que alguien debería hacer algo al respecto. Tal vez este sería un día así para nuestro personaje quien en este momento se está dando cuenta de que no trae la pluma que necesita para firmar los documentos. “Creo que traigo una en el coche” piensa él, “voy por ella, espero que no me vayan a robar mi lugar, no, todavía faltan 150 números. Cómo quisiera que alguien hiciera algo al respecto de esto y acelerara este asunto, si, alguien debería hacer algo” mientras metía su mano a su mochila en la que parecía estar haciendo algo importante, se levantó caminó hacia la escalera dejando su mochila apartando su lugar confiado en que la honradez triunfaría el día de hoy y nadie la tocaría, se oyó un “tic tac”… luego un “clic” y después una tremenda explosión seguida por gritos despavoridos de cientos de personas. Una caliente brisa alcanzó a Pascasio, vio brazos, piernas, cabezas y chorros de sangre pasar volando junto a él. Un celular alcanzó su cabeza y lo golpeó en la nuca, esto lo hizo bajar la vista y oh sorpresa, justo delante de sus pies había una pluma tirada en el suelo, intacta y en perfectas condiciones de no ser por lo que parecía ser una mano ensangrentada pegada a ella, la recogió, despegó la mano y regresó a dónde había estado sentado… el contador de turnos rápidamente avanzó y pasó por 150 turnos de gente que, por el momento, se encontraba indispuesta para atender al llamado, finalmente, se detuvo en el número 328, Pascasio se adelantó hasta el mostrador, un ahumado burócrata en completo estado de shock verificó sus datos imaginariamente en una computadora convertida en cenizas, tomó su foto y en dos minutos le entregó el trofeo a nuestro personaje, una licencia recién salida de la impresora y además de todo PERMANENTE, nunca jamás tendría que volver a pasar por esto… al recogerla y firmar… fue hasta su coche… y vivió tan feliz como le fue posible para el resto de su vida, sin jamás, hasta la fecha haber probado las perdices… el resto de los que esperaban licencias, ni vivieron felices (por obvias razones), ni comieron perdices.

Fin.

La Playa

Una tarde de verano que no tenía nada que hacer fui a dar un pequeño paseo por la playa, el sol estaba por meterse, las nubes de la tormenta recién pasada habían tomado un profundo tono púrpura; el cielo, como fuego saliendo del horizonte estaba teñido de rojo y naranja porque el sol estaba por meterse. Era una tarde muy tranquila con una atmósfera espléndida.

Después de un rato de caminar vi algo que parecía un montículo de piedras cerca de la orilla. Cuando me acerqué, me di cuenta de que era un hombre, probablemente moribundo y que estaba mal herido al parecer por una herida de bala en una pierna que parecía estado sangrando por un buen rato. Al acercarme a él vi que tenía un extraño uniforme puesto, tras revisarlo y pensarlo un poco más me di cuenta de que era un reo que probablemente había escapado de la cárcel que está en una isla cercana. Me sorprendí bastante ya que éste hombre para llegar a esta orilla debió nadar al menos 15 kilómetros y con esa herida no debió haber sido fácil. Prácticamente muerto, la única señal que daba de vida era un ligero temblor que noté en todo su cuerpo. Me senté en una piedra cercana y lo observé por unos diez minutos hasta que abrió los ojos y me lanzó la mirada más fría y llena de odio que he tenido la desgracia de ver, después de esto murió.

Cuando regresaba a casa un poco extrañado por lo sucedido, noté otra cosa extraña en la orilla, algo pequeño que saltaba sin cesar. Me di cuenta que era un pez que había sido escupido por las olas hacia la playa, me acerqué y al verlo luchar por su vida se me llenaron los ojos de lágrimas. Con un nudo en la garganta me apresuré a recogerlo y lo lancé al mar, ahí esperé a que se terminara de meter el sol y me fui a mi casa…

FIN

Rutina

En calidad de zombie me despierto unos minutos después de haber sonado el despertador, me levanto y me meto a bañar, me visto, desayuno y paso la siguiente media hora en el metro compartiendo el transporte con cientos de personas que utilizan ese mismo infernal medio para llegar de sus humildes moradas a un lugar de trabajo como el mío, una pequeña cárcel con alambres de púas en las rejas que dijeron haber puesto “por nuestra seguridad”. Llego a la escalinata del edificio y lo que hasta ese momento parecía un hermoso día de pronto se nubla y se oscurece y se llena de neblina. El edificio corporativo se convierte en una fortaleza sin escapatoria, un campo de concentración donde los prisioneros somos confinados a pequeños e incómodos escritorios. Es en éstos pequeños y modernos aparatos de tortura que atentan contra la anatomía humana donde somos forzados a escribir, hacer cuentas, dibujos y proyecciones controlados por una horripilante versión de un director de orquesta del averno a quien con tono sumiso debemos llamar “Señor”, si y sólo si tenemos la imperativa necesidad de comunicarnos con él y somos lo suficientemente osados como para dirigirle la palabra, por supuesto. Ocho horas dura éste calvario con un breve receso de 20 minutos a media mañana, en esta parte del día el “Señor”, con un tono obscenamente amable nos dice: “vayan y tómense un cafecito y descansen por favor”. Lo que en realidad nos está queriendo decir es: “¡Vayan y traguen cafeína para que no se duerman y no debamos desecharlos por su improductividad… por favor!”

Acabado el día, regreso a mi departamento a recostarme en mi viejo y apolillado sofá a tratar de dormir, si es que el ruido de la estación de camiones me lo permite. En ésta posición paso las siguientes seis horas, después de las cuales voy a la cocina a ver qué sobras del fin de semana tengo para comer, los jueves y viernes me considero afortunado si llego a encontrar unas aceitunas en vinagre. Aproximadamente a las 10 me acuesto esperando con toda mi alma soñar con una vida que no se parezca tanto al infierno antes de despertar otra vez y volver a vivir como todos los días, mi maldita y asquerosa rutina.

Cumpleaños

La última vez fueron 18 velitas, toda mi familia estaba ahí, hasta los que tenían años de no verme, todos y cada uno de mis amigos y conocidos se habían reunido ese día. Por horas y horas oí las cosas más maravillosas y halagadoras sobre mi, los invitados resaltaban mis mejores cualidades exageradamente con cada comentario, me trajeron flores por montones, docenas de hermosos e inmensos arreglos. Se le servía café a todos los asistentes porque aparentemente esto iba para largo.

A mí me habían traído en un carro especial muy elegante y cuando llegué ya había mucha gente aquí. Al entrar, todos abrazaban emotivamente a mis padres y a mis hermanos… claro, si esto no era MI CUMPLEAÑOS, dieciocho veladoras había junto a mi ataúd color caoba, un vidrio empapado de las lágrimas de mi madre me separaban del resto del mundo, como un ventanilla a través de la cual la gente venía a darme el último adiós…

In Memoriam: A. G. O. 

Zapato

Un zapato. Más bien, dos zapatos. Tenían un avanzado sistema de ventilación, forma ergonómica auto ajustable al pie y cámaras de aire en la suela recubiertas de un hule de la era espacial. No eran los últimos tenis “Nike”, de esos que uno se los pone y brinca diez veces más alto o camina como si se estuviera flotando en las nubes, así como tampoco eran los zapatos utilizados por el más heroico atleta olímpico poseedor de 25 récords mundiales en diferentes disciplinas, pero igualmente merecedores de estar en un salón de la fama.

Estos tristes zapatos, rotos, agujerados, hormados a través de los años, con hoyos en la suela y cantidades suficientes de chicles pegados como para caminar por la pared, habían sido los “zapatos de la suerte” de un exitoso ejecutivo que los usaba en todas sus juntas importantes y lo habían acompañado en todos sus éxitos. Desafortunadamente también lo acompañaron en su mayor fracaso al perder millones de su compañía arruinando su carrera, ese día salieron volando por la ventana del último piso del rascacielos donde tenía su oficina aterrizando poco antes que su suicida dueño. Ese día empezó su trayecto por el mundo al ser recogidos por un solitario vagabundo. Un desdichado hombre quien también alguna vez había sido alguien importante para el mundo pero, como el gran Siddhartha, lo dejó todo para ver el mundo desde una perspectiva diferente. Con esos zapatos vivió mil aventuras, viajó a cientos de lugares. Los zapatos lo ayudaron a escapar de la policía en varias ocasiones en que tuvo que recurrir al robo para tener algo de comer, con ellos persiguió ratas que también alguna vez fueron su cena y pepenó en los basureros. Un día después de muchos años, habiendo decidido que había visto suficiente del mundo, se metió a un oscuro callejón, se sentó, se quitó los zapatos, metió ahí su testamento que sumaba ya varios millones de dólares al próximo vagabundo que tuviera la suerte de encontrar los zapatos y pudiera comprender su importancia, ahí dejaba su fortuna, sus más grandes tesoros, la mayor riqueza que tuvo en la vida… bueno, y también el testamento…

Hecho esto, se recostó y se cubrió con cajas de cartón y entre ratas, gatos, ropa vieja y basura, pacíficamente murió despidiéndose de sus dos mejores amigos, vistos por muchos otros como simples chanclas viejas.

FIN

Ok, so tell me again about the hash bars...

Apenas unos minutos teniendo un blog y he decidido publicar unos cuentos que tenía aquí guardados para someterlos a la opinión pública, siéntanse libres de comentar, criticar o de preferencia alabar mi trabajo. Espero que les gusten. Gracias.

Do you find me sadistic?

En el principio no había nada... después vino el internet y ya no sabemos cómo escaparnos de aquí.
Saludos a todos, después de mucho rehusarme, finalmente accedí a abrir un blog. Les mentiría si les dijera que tengo una meta fija de lo que quiero publicar aquí pero bueno, iremos improvisando. Espero que de cuando en cuando tenga algo importante, relevante o al menos simpático qué decir. Esta iniciativa se la debo totalmente a Sandy y espero que esto sea tan divertido como ella me lo cuenta. Bienvenidos y que disfruten lo que puedan encontrar.